El Nacimiento es un proceso donde el bebé debe soportar las fuertes tensiones uterinas y pasar por un canal estrecho que exige a los huesos del cráneo a solaparse. Este proceso es algo estresante pero muy importante para su buen desarrollo.
El Cráneo del bebé necesita solapar sus huesos para poder pasar por el canal del parto. Es por este motivo que al nacer podremos observar como el cráneo de nuestro bebé podrá tener forma asimétrica. Será durante los primeros días cuando al llorar, succionar, bostezar…, su cráneo consiga corregir esta situación. Las tensiones no resueltas en el cráneo podrán influir en el buen funcionamiento del organismo y crear adaptaciones en el cuerpo que podremos ver en los primeros días (irritabilidad, dificultad succionar, alteración forma del cráneo, limitación de movilidad del cuello…) o en el primer año (dificultad de sentarse, voltear, gateo, caminar…)
Solemos encontrar esta situación en partos difíciles, partos con fórceps, ventosas… o en situaciones en las que el cráneo estuvo mucho tiempo encajado. Otro ejemplo sería el embarazo de gemelos, donde la falta de espacio condiciona el posicionamiento de los bebés. Y en muchos otros casos las familias no relatan estas situaciones pero su bebé también presenta alguna de estas dificultades explicadas.
La osteopatía en los bebes no es solo exclusiva para aquellos que pueden presentar algún síntoma a los ojos de los padres, ya que hay tensiones y adaptaciones que pueden tener y que condicionaran su crecimiento. Es por ello que recomendamos una visita al osteópata en sus primeros meses de vida.
Podremos encontrar bebés que: